Unos hermosos y crepusculares versos de un poeta magnifico, Pablo de Rokha:
(...)
porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo
quisimos todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,
las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
¡Qué verdaderamente terrible!
(...)
porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo
quisimos todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,
las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
¡Qué verdaderamente terrible!
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